En puertas estamos de acabar con el mes de junio, y de paso también acabar con el aguilucho cenizo.
Y por qué no?...
Años llevamos ya gritando que esta especie se nos está esfumando poco a poco, que estamos acabando con ella, pero parece que no se escuchan demasiado nuestros GRITOS.
Aguilucho cenizo macho
El aguilucho cenizo en España en el Atlas de las Aves Reproductoras de 2003 está catalogado como Vulnerable, aunque a día de hoy imagino que estará mucho peor.
Esta especie anida en el suelo, en zonas cerealistas por lo que se enfrenta a varios problemas para su conservación: La predación natural, y el principal y más preocupante que viene acarreado por la mano del hombre, (como no podía ser de otra forma) es la destrucción de huevos y pollos durante la cosecha del cereal.
Muchos nidos se malogran cuando las grandes y pesadas cosechadoras pasan sobre ellos, aplastando huevos, pollos y hasta alguna hembra si no reacciona a tiempo. Año tras año esta especie se enfrenta a la misma problematica y ello está suponiendo un declive poblacional alarmante.
Aguilucho cenizo hembra
Se necesitan con urgencia más medidas de conservación, pero sobre todo más efectivas y eficaces. Y estas deberían pasar no sólo por la compensación económica o el rodal de cosecha, sino por una apuesta en firme por la sensibilización y el conocimiento de la especie. Y esto haya o no dinero o personal o voluntad, no vamos a dejar de GRITARLO y trabajarlo!.
La frustración que provoca el comprobar que donde había esperanza de vida sólo queda un montón de rastrojos y restos es imposible de expresar con palabras, y con dolor volvemos a experimentarla una vez más.
Es de justicia mencionar a aquellos agricultores que me consta que se preocupan de que "sus cenizos" saquen las nidadas a bien. Así como el trabajo del personal oficial que durante la campaña se deja el sudor por la especie. A nosotros y a finales de este junio ya sólo nos queda aferrarnos a la esperanza de que el año que viene le vaya mejor al cenizo.
Preciosa la foto
ResponderEliminarMuchos kilómetros recorridos, mucha dinero de nuestro bolsillo invertidos, mucha calor campeando en esta época, mucho hablar con agricultores para nada, desmotiva a los que nos involucramos con este precioso animal que debe convertirse en símbolo del vículo de la naturaleza-hombre-agricultura, pero nada no hay forma, muchos filtros deben parar estos nidos: depredación (natural y comprensible) y en orden temporal cosechadoras, empaquetadoras, ganadería y quema de rastrojos (cada vez menos, por suerte), y cazadores, que claro... pa tres aguiluchos que hay son capaces de acabar con las perdices del coto...
ResponderEliminar¿Quién tiene la culpa? hablo con mi abuelo y con muchos agricultores,antes con cosechadoras más pequeñas, todos daban de lado los nidos, sean de cenizo, como de perdigones o de alcaravanes, otras variedades de cereales más adaptadas al clima. El problema es el mercado, el dinero, las prisas y el sistema agrario como una cadena industrial, totalmente aislada del medio natural.
No cabe duda de que para quien ama la naturaleza, y todo lo que ella supone, debe ser un mal trago ser consciente de todo lo que ocurre cuando ésta se aproxima demasiado al dominio del hombre. Ojalá tu sentir fuese fuente de contagio para quien tiene en su mano evitar tales desenlaces.
ResponderEliminarUn abrazo.